martes, 19 de mayo de 2009
REFLEXIÓN DE LA CLASE DEL 16 DE MAYO
miércoles, 13 de mayo de 2009
HIPÓTESIS DE LOS VALORES Y LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA
La violencia escolar
El complejo problema de violencia escolar está siendo definido, fundamentalmente, desde dos puntos de vista bien diferenciados. Por un lado, se identifica con las agresiones físicas directas entre personas y, por el otro, como un conjunto de fenómenos que afectan la buena convivencia del centro. Desde nuestro punto de vista, entre éstos podemos diferenciar cinco categorías (Ortega, 2001): vandalismo, o violencia contra las pertenencias del centro; disruptividad, o violencia contra las tareas escolares; indisciplina, o violencia contra las normas del centro; violencia interpersonal y la violencia que puede convertirse en criminalidad cuando las acciones tienen, o pueden tener, consecuencias penales.
Concretamente, la violencia interpersonal puede hacerse presente de muchas maneras, unas más explícitas que otras y por ello, unas más fáciles de conocer que otras. En todo caso, este es un aspecto a tener en cuenta para intentar evitar, en la medida de lo posible, que aparezca; o bien, tener recursos para frenarla en el caso de que ya esté presente en un centro, lo que podríamos llamar una enfermedad social. Este virus puede estar presente entre los propios docentes si se han establecido malas relaciones entre ellos, muchas veces sin saber sus causas. También puede surgir en la relación entre un profesor o profesora y sus alumnos, que se contamina gracias a conflictos que no son afrontados de una manera positiva, es decir sin buscar en esta situación de conflicto el aprendizaje y la superación del grupo como tal. Lo mismo puede suceder entre familias y profesores, que llegan a sentirse como contrincantes en el desarrollo de una tarea, en este caso la educación de los niños y niñas, en lugar de buscar formas de cooperación en las que la labor sea más fácil y productiva. Últimamente, están apareciendo agresiones de alumnos a sus profesores, que han aprendido a usar esta vía para solucionar los conflictos o buscar sus intereses.
Pero una de las formas de violencia más complicadas de abordar, quizá sea la que sucede dentro del grupo de los alumnos, que consiguen mantener sus relaciones en un círculo cerrado al que los adultos es muy difícil ascender. Este círculo puede estar mantenido por lazos no muy deseados como son los problemas de violencia interpersonal, malos tratos, amenazas, acosos y abusos, que deterioran las relaciones entre iguales y, en definitiva, producen efectos destructivos para la convivencia y las personas. Estos problemas crean un entramado de relaciones de agresividad injustificada y procesos de victimización que pueden llegar a ser verdaderamente un infierno para la víctima y un entrenamiento en crueldad para los agresores. Por otro lado, la figura de los espectadores es muy importante en este juego cruel de la violencia. Ellos pueden apoyar a los agresores y provocar que la situación sea peor, o ser incluso ellos los que han impulsado a otro compañero a realizar la acción, pero también pueden hacer todo lo contrario que es defender a la víctima de manera directa, es decir interviniendo ellos, o indirecta, haciendo que otros, por ejemplo profesores, lo hagan. Con este tipo de respuestas los espectadores, que al mismo tiempo son la mayoría de los alumnos, dejan claro que el agresor no tiene derecho a hacer lo que está haciendo y que la víctima no está sola ante lo que está sucediendo.
Repercusiones en la salud y comportamientos de alumnos y alumnas
Para analizar las repercusiones en la salud de los adolescentes que sufren procesos de victimización en el contexto educativo nos centramos en el reciente informe europeo elaborado por un amplio grupo de expertos (Salomaki y otros, 2001) “Proposal for an Action Plan to Combat Violence in Schools” bajo la coordinación de la Comisión Europea y en colaboración con el Centro de Promoción de la Salud de Finlandia, en el que hemos tenido la oportunidad de participar (Ortega, 2001). En este informe se afirma que, como respuesta a la violencia escolar, tanto víctimas como agresores pueden padecer daño físico e incluso llegar a la muerte; aunque las mayores consecuencias están relacionadas con la salud mental, fundamentalmente, aparecen depresión, trauma y baja autoestima que les impide mantener buenas relaciones con sus iguales, ya que con frecuencia tienen a adoptar comportamientos de alto riesgo para afrontar la ansiedad ante este tipo de situaciones. Entre los comportamientos de riesgo este grupo de expertos señala el abuso de sustancias, el absentismo escolar, las relaciones sexuales prematuras, e incluso la autolesión.
Sin embargo, al igual que la violencia tiene consecuencias en la salud de los adolescentes, en ocasiones, son los problemas de salud los que pueden llevar a las personas hasta la violencia. Uno de los predictores individuales más consistente, en este sentido, es la hiperactividad. Por otro lado, la experiencia de vida de los adolescentes influye en la posibilidad de verse implicados en problemas de violencia. Por ejemplo, en el Encuentro de Expertos sobre violencia contra las mujeres celebrado en Helsinki (2001), se defendió la perspectiva del círculo de la violencia familiar, que afirma que existe un alto riesgo de pasar generación tras generación la violencia. Es decir, los adolescentes que han sufrido o presenciado problemas de violencia en su familia tienen más riesgo de hacerlo en su propia vida.
Vacunas para prevenir la violencia
Por otro lado, para abordar la intervención debemos concebir al centro educativo como un escenario en el cual la convivencia debe gestionarse de forma democrática, la actividad instructiva ser cooperativa y la educación ir más allá de la instrucción, penetrando en la formación de valores mediante la educación de sentimientos y emociones sociales.
La exploración del problema de la violencia entre iguales, el establecimiento de perfiles de centro en relación con este problema y la implicación de los docentes de diez escuelas en un proyecto de prevención del maltrato entre compañeros, han dado como fruto un modelo abierto, ecológico y comprensivo de trabajo educativo que ha sido beneficioso para mejorar la convivencia y prevenir la violencia tras el proceso de evaluación (Ortega, R; Del Rey, R, 2001).
Se necesita de un proyecto como el proyecto Sevilla Anti-Violencia Escolar (SAVE), que propone principalmente intervención preventiva, aunque no olvida a los alumnos que están implicados en situaciones de violencia en el centro. Dentro de la prevención, hemos distinguido tres líneas de actuación: la educación en emociones, sentimientos y valores a través de la incorporación a los procesos curriculares de objetivos, contenidos y estrategias que permitan a los alumnos/as expresar sus emociones, tomar conciencia de sus sentimientos y asumir actitudes y valores de respeto mutuo; el trabajo en grupo cooperativo, es una línea de desarrollo curricular, que insiste en que aprender de forma cooperativa produce, como efecto secundario, el desarrollo de la comunicación, la atención al otro, la creación conjunta de conocimiento, el respeto a las ideas propias y a las de los demás, etc.; y la gestión democrática de la convivencia, estando dispuesto a comprender el día a día de las relaciones y a diseñar sistemas normativos que guíen el proceso de establecimiento de hábitos y convenciones libremente elegidos por los protagonistas. Es decir, existe un conjunto de pautas de conducta que hay que asumir de forma obligatoria, pero que no deben ser impuestas sino autoelegidas."
LECTURA: CATEGORIZACIÓN Y ANÁLISIS DE CONTENIDOS
La importancia de la categorización y análisis de los contenidos radica en que cada nueva revisión al material escrito permitirá que el docente tenga cada vez más claro todos los aspectos que configuran la realidad, además de encontrar nuevos detalles, matices que no se observaron previamente.
Para poder categorizar o clasificar se nos muestra un ejemplo concreto para transcribir la información y así poder más rápido y mejor el análisis de la problemática. También se proponen 2 casos para categorizar, uno de ellos sugerido por Glaser y Strauss (1967), donde “dicho método es un procedimiento analítico y sistemático general para manipular los datos y construcciones lógicas derivadas de los datos, a lo largo del proceso de investigación”. 1
El segundo caso es útil para cuando la información ya fue recabada en su totalidad y existen 8 pasos:
1. Trascribir los contenidos
2. Dividir los contenidos en unidades
3. Categorizar y donde Lofland (1971) sugiere seis categorías básicas: Actos, actividades, significados, participación, relación y situaciones.
4. Asignación de subcategorías
5. Categorías que se integren en una más amplía
6. Agrupación o asociación de las categorías de a cuerdo a su naturaleza
7. Si es posible realizar un despliegue por medio de matrices (columnas y líneas)
8. Teorización
Miguel Martínez Miggnelez.
"Catecorización y análisis de los contenidos",
en : LA investigación cualitativa etnográfica en educación. Manual teórico-práctico.
México, Trillas, 1994, pp. 69-81, 132-133.
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1 Contexto y valoración de la práctica docente. Antología Básica. Licenciatura en Educación Plan 1994, p. 56.
REFLEXIÓN DE LA CLASE DEL 9 DE MAYO
LECTURA: "APROXIMACIONES AL AUTODIAGNÓSTICO SOBRE LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE EN UNA ESCUELA PRIMARIA
Para poder elaborar un autodiagnóstico es necesario abordar el contexto social, a través de la búsqueda de material bibliográfico, conversaciones, lectura de expedientes para encontrar referencias, observaciones informales y de ser posible acudir a oficinas gubernamentales o hemerotecas para obtener datos numéricos y así todo este conjunto permita situar a la escuela en un contexto para poder abordar el autodiagnóstico.
A partir de la búsqueda de información se puede derivar una reflexión como lo mencionan los autores: “en la realización del autodiagnóstico es darnos cuenta que aún viviendo dentro de una comunidad y siendo elementos activos de la misma, no la conocemos en verdad, hay muchos aspectos de la vida cotidiana que por sabidos los pasamos por alto”.
1 Contexto y valoración de la práctica docente. Antología Básica. Licenciatura en Educación Plan 1994, p. 50.